Bien dicen que “el consumismo es la malcrianza que nos deja la escuela de la economía”, es impresionante como la concepción de esta absurda idea nos sumerge cada vez mas en un mundo lleno de necesidades creadas, para las cuales no hay materiales suficientes para su satisfacción.
La vana idea de que las cosas priman sobre el resto, a desencadenado un inconformismo creciente en las personas, para las que las cosas tienen un ciclo de utilidad cada vez mas corto, lo que nos lleva a derrochar dinero en cosas innecesarias, creando centenares de basuras con las cuales no sabemos que hacer.
Lamentablemente el proceso de extracción, producción venta y reciclamiento de las cosas no es algo cíclico, por lo que no logramos compensar el daño ambiental que crea nuestro desarraigo por lo que tenemos. Teniendo la falsa concepción que habitamos un mundo de recursos inagotables en el que los materiales abundaran para cualquiera sea nuestra necesidad pero tanto excavar, deforestar, contaminar, y jugar a que somos Dios, nos esta pasando cuenta de cobro. Hace siglos no se veían catástrofes ambientales de la envergadura que hoy podemos observar, sequias tan prolongadas, diluvios incontrolables, escases de alimentos en gran parte del mundo, esto es la retribución que recibimos de la naturaleza por los tratos que damos a nuestros recursos.
Es increíble ver como los seres humanos, que somos los seres racionales del planeta, contribuimos con cosas que nos afectan a nosotros mismos, infectando los alimentos con químicos cada vez mas peligrosos, llenando el aire de toxinas cada vez menos limpiables y mas dañidas, desencadenando enfermedades como el cáncer por las que millones de personas se debaten día tras día.
De seguir así quien sabe dónde iremos a parar, cómo viviremos, que comeremos o tan solo si en realidad podremos vivir.
“Solo cuando hayamos talado el ultimo árbol, contaminado el ultimo rio, matado el ultimo pez, nos daremos cuenta que el dinero no se puede comer”.
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